Una evaluación de la condición de un activo, que presenta una anomalía detectada, bajo unas condiciones de operación dadas.
La Aptitud para el servicio (API 579/ASME FFS) se concibe para brindar una respuesta ágil y confiable en el tratamiento de anomalías en activos industriales. En base al análisis se define que tan apto se encuentra el equipo para continuar en servicio en presencia de la anomalía, y la necesidad de reparar o reemplazar el componente.
Inspeccionar equipos críticos o esenciales mientras operan, y registrar presencia de anomalías, exige a los operadores la toma ágil de decisiones, que deben ser soportadas por estudios confiables. La metodología de Aptitud para el servicio se evalúa en sus 3 niveles, según el requerimiento especifico, y permite de forma rápida y segura, prevenir fallas, minimizar el riesgo y reducir costos de reparación y mantenimiento.